A día de hoy cuatro países han aprobado la primera vacuna contra el SARS-CoV-2, es una magnífica noticia. Nunca en la historia se ha hecho un esfuerzo científico tan descomunal para llegar en un tiempo récord al desarrollo de un tratamiento eficaz para prevenir una enfermedad que, conforme pasan los meses, ya sabemos que no es una “gripecinha”. Por primera vez vislumbramos el principio del fin de esta pesadilla.
.
A día de hoy en mi comunidad autónoma, Aragón, tan castigada como ha sido ya por esta pandemia, se han publicado las medidas de «desescalamiento» de cara a las navidades: de facto se permite la movilidad total y sin trabas durante los dos largos puentes de Navidad y Año Nuevo, se permite a partir de la semana que viene la movilidad entre las tres provincias, se anuncia que la próxima semana se permitirá de nuevo el consumo en el interior de bares y restaurantes y ya nos informarán de lo que se hace con respecto a estaciones de esquí y gimnasios.
.
A día de hoy me siento profundamente desesperada. Sé con seguridad, la experiencia nos lo ha demostrado, que de regalo de Reyes tendremos una nueva oleada. Colapso, desgaste, muertos y más muertos. Me angustia y desespera saber que esas personas que van a morir en enero se podrían haber vacunado en febrero o marzo.
.
A día de hoy sé que tú o yo podemos ser los que se contagien en la nueva oleada.
.
No quiero morir por la última bala de esta guerra. Si el armisticio está a la vuelta de la esquina dejemos ya de disparar.
.
Pilar Luque. Médico Intensivista.
PROANTIBIOTICOS 
Totalmente de acuerdo con lo expresado por la Dra. Luque, la relajación de las medidas de prevención comunitaria sin haber alcanzado una inmunidad de grupo ni mucho menos suficiente es la despiadada «crónica de muchas muertes anunciadas» de las que por desgracia seguro que nadie será considerado responsable.