
Hace unos días pedimos a nuestro compañero, José Luis Cubero (médico alergólogo del Hospital Clínico Universitario «Lozano Blesa» de Zaragoza) que nos escribiera unas líneas sobre las razones que le llevaron a pedir incorporarse al equipo Covid del hospital. José Luis es el decano de los voluntarios de otras especialidades que se han unido al equipo Covid. Su generosidad y profesionalidad son para todos los demás miembros del equipo un gran estímulo. Además de la carga asistencial que soporta contribuye día a día a hacer el equipo más fuerte. Gracias a ti y a otros compañeros como tú, estamos pudiendo contener la embestida de este virus tan traidor contra el sistema sanitario. ¡¡MUCHAS GRACIAS, José Luis!!
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A continuación ya, el testimonio del Dr. Cubero:
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Cuando desde dirección del hospital solicitaron voluntarios para reforzar los equipos COVID no lo dudé ni un momento. Los pacientes ingresados comenzaban a aumentar y amenazaban con desbordar la infraestructura hospitalaria. Los especialistas que no nos dedicamos a la hospitalización no podíamos quedarnos de brazos cruzados.
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Durante unos instantes sentí temor por volver a trabajar en una planta y manejar pacientes complejos ingresados, además del evidente miedo al contagio, pero supongo que el sentido del deber, la vocación y el compañerismo fueron más fuertes.
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Los primeros momentos en planta disiparon mis dudas. Me encontré formando parte de un grupo de profesionales volcados en la atención al paciente y que, a pesar de atravesar una situación muy estresante y extenuante, probablemente la más difícil de nuestras carreras, han conseguido crear un envidiable equipo donde prima el compañerismo, pero sobre todo un excelente ambiente de trabajo.
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Crisis es sinónimo de oportunidad y en mi caso la pandemia me ha brindado la oportunidad de aprender, de adquirir nuevas habilidades, de demostrarme que querer es poder y que en situaciones adversas con positividad, ganas e ilusión somos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos.
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La satisfacción personal de formar parte de un gran equipo, de sentirme uno más, de trabajar codo a codo con grandes profesionales y de poder aportar mi esfuerzo a los enfermos y compañeros compensa con creces la inseguridad inicial. Estoy convencido de que me ha enriquecido enormemente. Mirando atrás con la perspectiva de varios meses de trabajo no puedo estar más seguro y orgulloso de mi decisión.
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Ojalá seamos capaces de controlar pronto la situación, no tengamos que enfrentarnos a nuevas olas, no volvamos a sufrir epidemias similares, pero en el caso de que mi trabajo sea necesario no dudéis en contar conmigo, compañeros.
Gran profesional que no ha dudado en anteponer su sentido del deber, al riesgo personal y el de su familia, y aportando su esfuerzo, pelear sin descanso al hado de sus compañeros. Muchas gracias por vuestra dedicación.